Veinticinco años como terapeuta

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© Aina Climent Belart

Este mes de Octubre se cumplen veinticinco años desde que empecé mi andadura como psicóloga en el ámbito privado. En 1991 Maria Ferrer y yo decidimos abrir consulta en Palma de Mallorca especializándonos en terapia familiar y de pareja. Durante trece años compartimos consulta e infinidad de experiencias, especialmente  los seis o siete años en los que hicimos numerosas escuelas de padres por toda la isla. Juntas crecimos, gestamos y dimos a luz el libro “El ciclo de la vida. Una visión sistémica de la familia” publicado por la editorial Desclée de Brower en 1998. Fue una socia extraordinaria.

Como todo lo que empieza tiene su final, en 2003 nuestros caminos se separaron y tomaron diferentes rumbos. María decidió dedicarse a tiempo completo a la docencia en la Universidad (UIB) y yo continué sola, profundizando en el trabajo de crecimiento y autoconocimiento personal. En 2007 tuve la fortuna de que mi libro “Un viaje hacia el corazón. El proceso terapéutico del ego al Sí mismo” fuera publicado por la editorial Herder. Un libro con el que crecí en muchos sentidos y en el que aúno el trabajo terapéutico con el proceso espiritual.

Hace seis años que trasladé mi consulta a Esporles, un pequeño pueblo de la Sierra de Tramuntana de Mallorca, donde gozo de la vida sencilla y de la Naturaleza, y donde compagino mi trabajo como terapeuta con otra de mis pasiones: escribir. Como siempre he sido muy novelera, en estos momentos tengo el fabuloso reto y la ilusión de escribir una novela, y ahí ando, intentando sumergirme y terminar de gestarla para que vea la luz.

En estos veinticinco años he tenido la fortuna de acompañar a cientos de parejas y familias, a hombres y mujeres a los que únicamente puedo manifestar mi gratitud por abrirme sus corazones y confiar en mí. Gratitud por mostrarme sus aspectos más vulnerables y favorecer, a través de este intercambio, a que sea una persona más generosa y compasiva. En última instancia, a ahondar en el conocimiento del alma humana y ser más consciente.

He acompañado en hondas crisis personales y familiares, situaciones de conflicto, angustia, tristeza, confusión, separaciones, pérdidas y duelos. Y como no, también he tenido el privilegio de ver la otra cara y ser testigo de profundas y luminosas transformaciones personales. Es una maravilla disfrutar de mi trabajo y hacer lo que me gusta, poniendo mi corazón, energía y presencia al servicio de aquellos que me lo piden.

Vaya mi agradecimiento también a los innumerables mis maestros y maestras, hayan sido presenciales o a través de sus libros o vídeos, cuyos conocimientos y enseñanzas me han ayudado a formarme en psicología humanista, sistémica, terapia gestalt, PNL, procesos de duelo, EMDR, eneagrama y psicología transpersonal. Entre todos ellos cabe destacar a: Claudio Naranjo, Berta Meneses, Sofía Laso, Joan Garriga, Vicens Olive, Luis Santiago, Allan Santos, Ronald Doctor, Alba Payás, Enric Corbera, Javier Perez, y mi profesor de filosofía de bachillerato (no recuerdo su nombre). Fue él quien abrió mi conciencia a la inmensidad del Universo de la psicología.

Sólo puedo decir: gracias, gracias, gracias.

Texto original © Ascensión Belart

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