Hazte el amor a ti misma

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Gustav Klimt

Hay algo de instintivo y a la vez sublime en la capacidad de abandonarse al fluir de la energía sexual sin inhibiciones, en la descarga de la excitación sexual contenida mediante las contracciones y expansiones placenteras e involuntarias del útero y del resto del cuerpo. Se trata abandonar todo control y dejarse ir, sentir que el placer te transporta a otra galaxia, te saca de la realidad ordinaria y te lleva a un escenario en el que eres una estrella flotando en el Universo. Hacerte el amor a ti misma, enamorarte de ti y disfrutar de esa íntima conexión genera una poderosa y transformadora alquimia sexual. La alquimia de la sagrada unión de lo masculino y femenino interior.

El sexo es deseo, placer, tensión que arde, quema, invade y todo lo perbade. Es éxtasis y paroxismo. Vehemencia y excitación. Voluptuosidad, delirio, efervescencia y enardecimiento experimentado al unísono en la unidad cuerpo y conciencia que somos. El mejor sexo acontece en la plena presencia al momento, en la entrega y el abandono al instante. Los pensamientos se ralentizan, se detienen por un tiempo. Ya no hay un cuerpo o una mente, todo se incendia y desaparece en una henchida combustión amorosa. El orgasmo se siente como oleadas de fuego, crepitar de sensaciones y palpitaciones de luz que llegan a todas las células del cuerpo.

A saber: cuando unimos la conciencia de la sensación de placer con la de amor por una misma el placer se multiplica. Hay un poder asociado al placer del que nos podemos apropiar.

La energía sexual no canalizada pica, palpita, escuece, quema, bloquea, entumece, es contumaz. Necesita fluir, fundirse con el Todo, como sucede en el nacimiento, el parto, el orgasmo y la muerte. Nacer es también una explosión de vida. Hay una clara correspondencia entre el orgasmo y la experiencia de dar a luz: la mujer se entrega, se abre en canal, está en el centro de un volcán, en las simas de la Tierra o flotando en el corazón de una galaxia. Aparecen imágenes oníricas en una conciencia no dual. Plenitud, unidad y fusión contigo misma. Conexión con la Diosa. Con Dios. Olvido de sí, disolución de condicionamientos y creencias, conexión con la divinidad, la esencia y el Ser que eres.

Durante el orgasmo parece que todo se pierde y a la vez se gana. Se abandona el cuerpo para sentir que no existe el tiempo ni el espacio. Es vaciarse, derramarse, derretirse y sentirse inmersa en un mundo extraño e incognoscible. Se detiene el momento y la vida cotidiana queda en suspenso. Se moviliza la energía amorosa, la fuerza y la vitalidad. El sexo es risa, placer, dolor, quejidos y suspiros; son aullidos de loba, gritos y susurros, mientras conectamos con una parte escondida y luminosa y con otra oscura y recóndita del alma. Nos sumergimos en un oleaje profundo y rítmico que como por arte de magia más tarde nos arroja revitalizadas y exhaustas sobre la arena de una playa salvaje.

Hay una disolución del ego en la experiencia de la petit mort, una muerte dulce. El ego desaparece para conectar con otros mundos, telúricos y cósmicos, fragmentos de dimensiones desconocidas.

El orgasmo nos rompe en añicos y a la vez nos unifica y libera; nos perdemos, nos reencontramos e integramos. Damos rienda suelta a la expresión de la garganta y liberamos el quinto chacra, que está relacionado con el segundo chacra o hara, el centro del deseo. El coctel hormonal provoca un estado alterado de conciencia, es como el efecto de una droga que nos hace sentir unidos al Todo. Sensación de explotar, de tocar el cielo y las simas y profundidades del subsuelo. Contracciones uterinas que generan diferentes tipos de orgasmos, de diferente profundidad.

Orgasmo es espasmo, abismo, movimientos libres e involuntarios, estremecimientos ondulantes, sensación de completitud; son rugidos del mundo animal, fulgor resplandeciente, entrega, abandono, experiencia inefable, transcendente y profundamente sanadora, transformadora, alquímica.

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Gustav Klimt

El sexo con una misma es un viaje alquímico, una experiencia mística y a la vez dionisíaca donde la mente desaparece y te haces una con la Vida, completa y libre. Conectas con tu fuerza, con tu poder y vulnerabilidad a través de las explosiones internas que rompen el caparazón del ego para sentirte tierna, blandita, sin coraza. Explosiona el hara y el cerebro se queda esponjoso y libre, como cuando bailas. Mientras ríes y lloras se desbloquean los centros energéticos y cuerpos sutiles, y fluyen los sueños, los proyectos personales y la energía creativa, expresiva y lúdica.

Conectas con el poder personal de la mujer salvaje que anida en tu interior.

Definitivamente, hacerse el amor es sanador. Hay quienes lo llaman “hacerse una paja” o masturbarse, yo prefiero llamarlo «proporcionarse placer». Una suerte de conexión cósmica y celular entre las neuronas y las galaxias, donde todos los sistemas se interrelacionan y se despliega el patrón en forma de «redes» que rige la vida. Es bueno hacer un reset físico y emocional para liberar tensiones y propiciar que la energía vital fluya y las vibraciones expansivas de placer nos conecten con la Fuente. El orgasmo consciente es excelente para sanar traumas, heridas sexuales y memorias ancestrales del útero mediante placer. Al superponer el placer amoroso sobre los sentimientos de dolor, vergüenza o culpa éstos se liberan, se sanan y alquimizan. Es un morir para renacer a una nueva realidad que tu creas desde tu cáliz sagrado.

Y a veces también duele, el proceso alquímico celular duele por la expansión y contracción. Durante el orgasmo y aún mejor si mientras miras al Cielo o la Naturaleza puedes preguntarle a tu útero sobre tus sueños y proyectos: él tiene respuestas al ser el caldero alquímico donde éstos se gestan y burbujean. Darse placer, proporcionarse placer para sanar, sentir el poder de la diosa (gran diosa) que eres y a la vez la vulnerabilidad  de tu niña interior. Crear un oasis de amor propio en medio del camino. Sentir la energía de los protones y electrones fluyendo por tus células en una suerte de explosión de vida, de luz y color en tus células y cuerpos etéricos que se llenan de luz incandescente y liberadora.

Sexo salvaje y dionisíaco a la vez que puro y divino, de ahí nuestra atracción y el anhelo de consumación sexual.

AMOR, PLACER, SANACIÓN. Abrazar todo lo que venga: imágenes, sensaciones, emociones, recuerdos. Sanar recuerdos y sentimientos que afloran a la consciencia con amor. Sanar memorias ancestrales y heridas sexuales de otras relaciones. Resetear programas en el cerebro uniendo ambos hemisferios, generar nuevos programas de más confianza en la vida haciendo un anclaje en el cuerpo. Tocarte la glándula timo y perdonarte. Hacer afirmaciones cuando te haces el amor: YO SOY, soy una diosa, soy energía amorosa y sexual en expansión, soy gozo, alegría, placer.

La terapia de hacerse el amor a una misma es la sagrada conexión útero, conciencia y corazón, mientras todos los chacras están alineados y en pleno funcionamiento.

Por último, para disfrutar de la intimidad sexual en pareja hay que rendirse, entregarse por completo, permitirse confiar en otras manos, en otro cuerpo. Saber que puedes confiar en tu amante, que puedes relajarte en la comunión con otro Ser. El placer del acto sexual refuerza el vínculo entre los amantes mientras que la frustración lo debilita. Que bello es morir durante el éxtasis amoroso mirándote en los ojos de tu amado. Desnudar el alma haciendo el amor, piel con piel, corazón con corazón, entregar el alma. Y a más entrega, presencia y conexión, más placer. Y menos ego. Porque es con la esencia con lo que nos conectamos en el orgasmo, con la esencia que somos.

Tal vez morir sea eso.

Un secreto: quisiera morir y unirme a la Fuente en un Gran Orgasmo.

Texto original © Ascensión Belart.

¿Tu como lo ves? Dime si te resuena y déjame tus comentarios. Gracias.

 

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15 pensamientos en “Hazte el amor a ti misma

  1. Justo me acabo de apuntar a un taller de sexualidad femenina para trabajar esa parte y empezar a desbloquear y sanar viejas heridas, y cultivar mi amor propio y volver a conectar con mi cuerpo, mi placer. Gracias por tu texto

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  2. En mi caso yo lo vivo sin plantearme qué sucederá. El inconveniente de ponerle palabras es que es una experiencia única en cada vivencia y en cada persona. Es conectar con el cuerpo, sentir, moverte como desees, experimentar lo que te place a cada instante. En mi caso fué trascender el perfeccionismo, soltando el miedo a lo largo de 4 años. Fué aprender a ver que se es feliz dando, en lugar de ese desear mental que te aporten. Como estas contigomisma, aprendes a darte. Fué romper vergüenzas y condicionamientos para experimentar y disfrutar solo conmigo ❤
    Y para cadauno es única esta experiencia. Que cada uno viva lo que desee vivir en su propio placer 🌸🌷
    Gracias. Estos escritos ayudan a romper tabúes y abrirse a sentir.

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  3. Me he sentido plenamente identificada con este texto. Tus metáforas son muy reales (lo del corazón de la galaxia lo he sentido así, de verdad, es mágico). Poco más que decir, no dejes nunca de escribir, tus palabras son muy sabias y denotan un profundo autoconocimiento, transmites mensajes que llegan al alma. Sigue iluminando conciencias ❤ pazz y amor.

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    • Muchas gracias de corazón Aura ❤ Comentarios como el tuyo hacen que valga la pena escribir cuidando de cada palabra. Si lo aprecias es porque lo llevas dentro. Seguiré escribiendo, no puedo dejar de hacerlo. De hecho estoy con una novela, cada vez más involucrada en ella 😉

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  4. El «abandonarse» el «darse» tal vez sea lo sanador, lo alquimizante de un orgasmo elaborado por una misma. Soltar y soltarse, levar anclas y partir por unos segundos, una eternidad… Y finalmente regresar sin carga, sin maletas, como una ola, como una hoja que va calle abajo girando con el viento de otoño.
    Gracias por tus reflexiones y artículos donde pones en tus palabras, las nuestras.

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  5. 19años de terapia! No era consciente de q reprimia el deseo sexual, es más mi psicólogo cuando m lo dijo, m dejó atónita, pues no entendía, ya q yo m proporcionaba placer de vez en cuando y aunque estaba en pareja no fluia la relación. Al reprimir esta energía busque darle salida en otros búsquedas. Cierta neurosis. Al leer lo de la galaxia m sentí sorprendida pues un Et ha aparecido en mi vida. Gracias m maravilla y da gusto leerte. Graciasssssss!!!!!! Muah

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  6. Precioso texto Ascensión, me lleva a revisar mi experiencia, he vivido esa conexión así como su ausencia, de algún modo sigo con la mirada puesta en reencontrarme con esa experiencia plena, ausente de miedo, de tiempo, de normas, … Y me pregunto de qué depende, del nivel emocional, espiritual de ambos componentes de la pareja, o depende de encontrarse unas personas muy concretas, que sin saber porque, conectan de un modo espontáneo.
    Y, a esa conexión se la puede llamar amor?

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    • Gracias Xavier!
      Para mi, depende de múltiples factores, entre otros haberse liberado de muchos condicionamientos emocionales, familiares, sociales y encontrarse en un estado de libertad y presencia (ausente de ego) desde el cual se pueda vivir esa experiencia de apertura y plena presencia, aunque también es cierto que a veces las personas conectan de forma espontánea con ese estado de luminosidad y resulta ser un encuentro entre almas.

      Puede ser amor o puede ser puro y simple deseo, tal vez podamos llamarlo sublime deseo. Tu pregunta da para escribir otro artículo, así que lo dejamos aqui por hoy.

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Me gustará saber tu opinión. Gracias.