24 diciembre, 2013
Todos anhelamos amar y ser amados incondicionalmente, aunque no sabemos muy bien cómo. La vida es una escuela de Amor, aprendemos a amar a medida que vivimos. Anhelamos sentir la plenitud del amor, irradiar luz y alegría hacia los demás, emanar confianza. El amor es apertura. El miedo es la antítesis del amor. Necesitamos hacer el tránsito del miedo al amor. Nuestras defensas egoicas construidas con viejos patrones, creencias y condicionamientos nos impiden abrirnos al amor. De ahí la importancia de tomar conciencia de los patrones de comportamiento adquiridos en la infancia, algunos heredados de los padres e incluso antepasados, patrones ya caducos que representamos en anteriores relaciones que parece hayan quedado adheridos y de los que nos cuesta desprendernos. Sigue leyendo