Polvo en el viento

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© Aina Climent Belart

Hay períodos en los que la Vida nos vapulea, sacude y nos da un buen revolcón. En menos de dos años, he perdido a tres personas muy allegadas: a un hermano, a mi madre y al padre de mis hijos y compañero durante dieciocho años. En efecto, hay momentos en los que la Vida nos muestra su lado amargo, sus fauces oscuras y devoradoras que arrasan parte de nuestras relaciones significativas. Hay sucesos que nos dejan perplejos, estupefactos y desconcertados; que nos hacen sentir diezmados, hechos añicos, conmovidos. Ahora bien, las pérdidas pulen las aristas de nuestra arrogancia, del orgullo, la vanidad y toda la sarta de pequeñeces de nuestro ego. Nos llevan más allá de nosotros mismos -a dónde nunca imaginamos-, posiblemente para que la valoremos, honremos y no la demos por hecho. Para que aprendamos a discernir entre lo que tiene importancia  y lo que no la tiene. Sigue leyendo

Polvo de estrellas

30 mayo, 2013

 

Berrocales

Recientemente he tenido una experiencia trascendental nueva, ha sido tocar con las manos las cenizas del cuerpo del que fué mi padre, que murió hace unos años. Hicimos un ritual familiar y fuimos a enterrarlas a un lugar en el que el pasó bastante tiempo, una tierra que trabajo, cultivó y embelleció sobremanera. Esto me ha hecho reflexionar sobre su vida en particular y sobre el sentido de la vida y la muerte. Mi padre tuvo una vida plena y se trascendió a sí mismo. Desde tener 8 hijos y una veintena de nietos a plantar árboles, aprender astronomía, hacer Estudios Bíblicos, enseñar la Biblia tanto a grupos en la Iglesia como en un voluntariado con reclusos en cárceles. Para mí, un buen ejemplo de un hombre autorrealizado y trascendido. Ahora bien, su vida no estuvo exenta de dolor, desilusiones y frustraciones. Sigue leyendo