En íntima conexión

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© Aina Climent

Dijo Lao Tse: Cuando te des cuenta de que lo que le haces al otro te lo haces a ti mismo, habrás entendido la gran verdad”.

La dinámica inherente a la Vida es la integración de las polaridades, lo que significa ir de crisis en crisis, como en el juego de la Oca. Hay un hecho: si me impaciento ante una situación, me impaciento. Si me enfado con algo o con alguien, me enfado; si me preocupo ante lo que pueda suceder, me preocupo. Si me amedranto ante algunos hechos, me amedranto; si me entristezco, me entristezco… y así sucesivamente. Suena a verdad de Perogrullo pero es una verdad como un templo. A veces nos enganchamos a un estado de ánimo, alimentamos la rabia, el dolor, la pena o el malestar; nos cargamos de rencor, impaciencia, miedo o ansiedad. Literalmente lo alimentamos. Nos enrocamos y enganchamos para defender un estado de ánimo o una postura, y nos hacemos daño. Vendría a ser como regañar, amedrantar, preocupar o fomentar el enfado de un niño, ¿qué sentido tiene? Sigue leyendo

Ríos de lágrimas

Foto © Aina Climent Belart

Foto © Aina Climent Belart

“Mis palabras son aire, y van al aire… mis lágrimas son agua y van al mar”. Manzanita.

Hay personas que lloran con relativa facilidad y otras que bloquean su necesidad de llorar. Para algunas su motivación profunda es huir del dolor mientras que otras sienten que existen en la medida en que sufren y se apegan a él. Más allá de estos posicionamientos polarizados, es bueno saber que las lágrimas son liberadoras, contienen analgésicos naturales que atenúan el estrés, son un bálsamo para las heridas del desamor, aligeran el corazón apesadumbrado, consuelan y reconfortan en el adiós. Las lágrimas no derramadas oprimen el corazón y generan ansiedad. Como dijo Frida Kalho: «Amurallar el propio sufrimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior». Sigue leyendo

Siento, luego existo

13 septiembre, 2013

 Foto © Aina Climent Belart


Foto © Aina Climent Belart

Somos seres sintientes. Vivimos emocioneando decía Humberto Maturana. Las emociones son experiencias somáticas, es decir, se experimentan y pertenecen al cuerpo, y la energía que emana de ellas puede liberarse o por el contrario, inhibirse. Cuando bloqueamos o reprimimos sistemáticamente alguna emoción podemos sufrir perturbaciones físicas y psicológicas. Hay emociones que nos paralizan mientras que otras movilizan el cuerpo: experimentamos contracción ante el miedo y el dolor, y expansión ante situaciones gozosas. Las emociones naturales son el miedo, el enfado, el dolor (la tristeza) y el amor (la alegría). Sigue leyendo

Somos alcalinos

23 mayo, 2012

 

© Aina Climent Belart

© Aina Climent Belart

La primavera es época de limpieza tanto interior como exterior. Lavamos cortinas y la ropa de invierno para guardar, y en el plano interno el hígado y la vesícula precisan también de una buena limpieza. Acumulamos mucho durante el invierno por lo que hay que limpiar, vaciar y soltar. Y muy especialmente en esta primavera de 2012…

Una alimentación excesivamente ácida y algunas emociones como el miedo, el resentimiento, las preocupaciones y el estrés acidifican la sangre y envenenan los tejidos. Expulsan el oxígeno que las células precisan para mantenerse sanas. Desechos de ácidos que afectan el sistema nervioso, endocrino e inmunológico, a la salud general. Sigue leyendo