Sueños, transiciones, signos y señales

Peder Severin Krøyer

En estos últimos meses he gestado y dado a luz una nueva etapa, literalmente. La he creado desde mi conciencia, corazón y útero unificados. Y la verdad es que no ha sido fácil, ha habido muchos momentos en los que me he sentido sobrepasada y he necesitado recurrir a todo mi poder e integridad para llevar a cabo este proceso de transición. He procurado un cuidado exquisito en mantenerme conectada a la Fuente porque sentía que era demasiado. Ahora bien, en ese tiempo he experimentado la magia y las sincronías de la vida, he percibido y escuchado los signos y las señales que me han traído paso a paso a mi hogar, mi nuevo hogar.

La maga es la niña. La niña interior es la que hace magia, la que crea al creer que todo es posible. La gimnasta, la que se fascinaba al hacer experimentos de química, la escritora. Y la adolescente también. He reconectado con su energía vital idealista, rebelde, explosiva, intensa, con ganas de experimentar y crear un mundo mejor. Necesitamos integrar a la adolescente interior, la que soñó que otro mundo era posible, la que anhelaba ser ella misma, manifestarse y tomar riesgos. La que aspiraba a sostener su vida, sus ideas y sus sueños sin volverse loca.

En el camino se revelan signos y señales si estás presente y confías. En mi caso, la suave voz de mi madre susurrando en mi oreja derecha “Lloseta” justo en el momento en el que tomo conciencia de que me tengo que ir de donde estoy viviendo; la luz amarilla de este pueblo, ese fogonazo de luz que vislumbré cuando hace un par de años la tarotista me dijo que terminaría mi novela en mi nueva casa; el ciervo saltando bancales ante mis ojos poco después de pedir una señal.

Gracias, gracias, gracias.

Mientras, hablo mucho con la Diosa amorosa, generosa, voluptuosa. La Diosa grandiosa, sostenedora, nutricia, generadora de vida; la que brota en las cascadas, mueve las mareas marinas, remueve tierras y volcanes. Y hablo también con mi madre ascendida. Atravieso mis crisis de fe y continuo, voy llegando a casa. Trasmuto en el fuego del caldero alquímico todo un revoltijo de emociones. Me vuelvo a parir a mí misma, una y otra vez, me doy a luz. Soy mi propia comadrona y la mujer que da a luz. Soy la que pare y la recién nacida. Experimento que de mi útero nacen caminos, imágenes, sueños y transiciones; me creo y recreo para poder ofrendarme después. Soy consciente de mi energía vital, la luz que irradio, mi poder.

En infinidad de ocasiones me he repetido: soy guiada y sostenida. Soy guiada y sostenida por el padre Cielo y la madre Tierra. Por el Cielo protector y la Tierra abundante. Mi parte masculina me lleva, la femenina me sostiene. La masculina apoya, activa y toma decisiones mientras la femenina se rinde, fluye, recibe. Lo masculino sostiene el deseo de lo femenino y lo femenino nutre a lo masculino. Vivo conscientemente comprometida con el proceso de integrar lo masculino y lo femenino y experimento que el Amor es hijo de la consumación: la niña divina.

Integrar para entregar. Maduración, realización, entrega. Como dice mi Maestra: “el Universo entero quiere que yo me realice”. Siento que nada ha sido en vano y que todas las experiencias de mi vida me han preparado para este momento: para tenerme y darme, para la entrega de lo que se y lo que soy, para realizarme plenamente y dar mis frutos.

Un hecho curioso: mis plantas están llenas de vida, el jazmín y el rosal han mutado, y todas están “reviscolando”. Así, como es adentro, es afuera. Siento que he dado un salto cuántico porque he osado y confiado. Necesitamos osar y confiar para tener una vida plena. El miedo es una reacción aprendida y el coraje una decisión. En verdad, lo que crees, lo creas. Así pues, crea tu realidad con confianza. Nutre tu confianza, ten fe en las diferentes etapas, ciclos, cambios y transiciones. Ello nos prepara para fluir en el devenir, para el salto cuántico por excelencia: la muerte.

Creo mi nueva etapa, paso del miedo al amor y de la sensación de carencia a la de abundancia. Abrazo la incertidumbre, literalmente, y creo mi nueva realidad. Me digo y te digo, mujer: ¡Empodérate ya, coño! Tu poder se encuentra en tu energía sexual. Eso en lo que te puedes a convertir, ya lo eres. Siento el poder de la Tierra a través de la vibración de mi útero. Me lleno de dicha y de gozo al canalizar la energía sexual, el combustible para manifestarme y crear.

A veces me dejo caer al fondo del abismo, me rindo, me entrego, me relajo y disuelvo. Elijo estar conectada con el Cielo y la Tierra. Conspiro con el Universo y la magia sucede. Me despido con amor y gratitud. Todo es perfecto. La vida es siempre un desafío. Experimento una y otra vez mi vulnerabilidad, sintiéndome entre niña y anciana. He aprendido a transformar el miedo en ilusión, confianza y coraje. El ansia no es buena compañera y el miedo es violencia hacia una misma. A veces el miedo se disfraza de cansancio. El antídoto siempre es el amor. El amor disuelve el miedo: si amas, no temes, y si temes, no amas. Me digo: recuerda quien eres y lo que quieres. Soy la sanadora herida, la papisa, la mujer salvaje.

He creado mi hogar, mi bungalow mediterráneo. Disfruto del proceso de crear mi casa, que soy yo misma. Elijo realizarlo con paciencia, diligencia y confianza. Me dejo ser sin oponerme ni temer. Elijo fluir conectada a mi hara, mi útero y corazón. Hago tapping para calmar la ansiedad. El quid es ir lenta, no abrumarse. No te estreses ni te abrumes. Transita tu proceso de confianza para dar el salto cuántico, el salto de fe. Pase lo que pase, confía. El corazón necesita fe para mantenerse abierto. Y así crecemos en amor. Siempre es más amor, más compasión, más confianza, más entrega.

Trasmutando, transformándome, regenerándome.

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Atravesamos límites y portales nunca imaginados. Todo cambia, lo inmutable es la mutación. Inspiro y transpiro, imploro e invoco a los dioses y a mis guías espirituales. Estoy mutando en un proceso alquímico. Para poder disfrutar de lo que genera un salto cuántico hay que pagar el precio por adelantado. Me acompaño y me llevo a otra etapa, a mi lugar. Atravieso y transito muchas pruebas, voy más allá de mis límites, salto de oca a oca y de crisis en crisis. Me rindo a lo que es. Superar pruebas te empodera, conoces tus capacidades, genera fe, confianza y alegría; proporciona paz interior y realización. Todo un caudal emocional que nos mueve y nos lleva a otro lugar, que nos arrastra de donde estamos aferrados.

Tomo conciencia de la muerte y de mi necesidad de realizarme plenamente, de que mi alma se manifieste por completo. Para ello, me pongo al servicio de la vida. Me digo: si eres leal a tu corazón, no hay error posible, vas encaminada, llevas el timón. Lealtad, honestidad, dignidad, poder y soberanía. Elevo mi vibración sintiendo que la energía telúrica y la energía cósmica se unen en mi útero, en mi conciencia y mi corazón. Empoderarse desde la energía de la integración alquímica del masculino y el femenino interior. La unificación de ambas polaridades que conforman el yin y el yang que cada uno es. De ahí nace la esencia, la nueva vida: el niño y la niña divina.

Cuido y cultivo mi energía vital, mi energía sexual, soy consciente de cómo me siento cuando no la preservo. Siento el orgasmo como un estado de percepción alterada para experimentar conscientemente la alquimia interior, el conectarse a la Fuente para crear, manifestar e integrar. Soy consciente de cuanto necesito la soledad para escucharme, revitalizarme, renovarme y reconectar. En esta etapa quiero dar todo lo que se y lo que soy. Disfruto de cada momento, estoy viva ahora, bajo el cielo y sobre la tierra como antes muchos otros vivieron y cuyo polvo se ha fundido con ella. Soy consciente del paso del tiempo y de mis propósitos de vida. Todo ahora cobra un sentido: me he estado preparando para la entrega y ahora estoy en el lugar perfecto para hacerlo. Siento un cambio cualitativo, algo se manifiesta en mí con naturalidad.

¿Y ahora qué? Amar, disfrutar, crear, manifestar, compartir e integrar. Vivir relaciones nutricias y recíprocas que no me drenen la energía. Relaciones íntimas cuya base sea el amor, la libertad y el desapego. Cuidarse para cuidar del otro. Las relaciones como una suerte de danza de contacto-retirada, de compartir para volver a estar en soledad para integrar.

Doy gracias, agradezco a la vida a cada momento. Al agradecer me siento contenta y satisfecha, y mi corazón rebosa de alegría y plenitud. Estoy enganchada a la gratitud. Me sintonizo al canal y la frecuencia de la abundancia a través de la gratitud, la alegría y la presencia del aquí/ahora. Me siento agradecida al disfrutar de mi bungalow y agradezco a mis padres el haberlo hecho posible. Agradezco también a todos los hombres que lo han rehabilitado haciendo un lugar delicioso para mi bienestar. Los puntos se unen y todo cobra sentido.

Estoy enraizándome, tomando la energía del cielo y de la tierra para poder crear y manifestar mi esencia. Disfruto de caminar y de preparar mis proyectos: el curso del eneagrama y mi novela. Algo está mutando en mí, como mis plantas, con el propósito de crecer, expandirme, florecer y dar mis frutos.

En sueños contemplo imágenes del árbol de la vida y de la red de Indra. Veo sistemas dentro de sistemas: los diferentes sistemas del cuerpo humano, sistemas familiares, el sistema solar y los sistemas estelares que conforman el misterio del Universo. Veo un calidoscopio con cadenas de hombres y mujeres con sus suertes, dramas y patrones recurrentes. A veces me estremece el dolor de la madre Tierra, seriamente herida y maltratada por la voracidad del capitalismo patriarcal, y me reafirmo en la necesidad de cuidar de la Tierra, de cuidar de lo femenino. Cuidar frente a violentar y oprimir. Cuidar y amar desde la bondad, benevolencia y magnanimidad para crear una nueva realidad.

Y vuelvo a leer a Walt Whitman:

“¡Oh, mi yo!, la pregunta triste que vuelve- ¿qué de bueno hay en medio de estas cosas, oh, mi yo, oh, vida?

Que estás aquí- que existen la vida y la identidad. Que prosigue el poderoso drama y que puedes contribuir con un verso”.

https://www.youtube.com/watch?v=cpDx4K1DAEw

Texto original © Ascensión Belart
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14 pensamientos en “Sueños, transiciones, signos y señales

  1. Aloha , me acabo de leer en su totalidad , reflejada me siento en tus palabras y te agradezco y a mis angeles aún más ya q estos días han sido significativos llenos de señales q vienen a mí de formas inimaginables pero cada vez mas firmes y contundentes , sobre un camino a seguir donde solo sé q la confianza se a instalado en mí para no irse jamás .

    Gracias Gracias Gracias
    Lo siento , por favor perdoname , Gracias , Te Amo .

    Que todo lo bello y sano nos colme hoy y siempre .
    Namaskar

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